Un año y medio después de la aparición de REC 2, la secuela del gran éxito del género de terror patrio iniciada por Jaume Balagueró y Paco Plaza, llega a nuestras pantallas su tercera entrega, de la mano esta vez únicamente de Paco Plaza, ya que Balagueró solo aparece como productor creativo del producto.
Lo llamo producto, porque la revolucionaria primera entrega se ha convertido en una franquicia, en una marca que los espectadores y sobre todo sus seguidores saben lo que van y quieren encontrar. Y eso lo sabe Paco Plaza, trayendo de vuelta el tren de la bruja que fueron las anteriores entregas.
Pero esta vez el tren de la bruja es diferente. Si la primera parte era un ejercicio de estilo de puro terror con sus dosis de humor que aligeraban la claustrofóbica odisea que vivían unos vecinos de un bloque, una reportera sensacionalista y un grupo de heróicos bomberos y la secuela lapidaba todos los méritos del original, esta tercera entrega cambia de localización (una boda hortera que Berlanga adoraría) y de género, cambiando el terror total por una comedia terrorífica que no se toma muy en serio a si misma.
Si ya los personajes de las dos anteriores películas eran pura carnaza para disfrute de estos muertos vivientes /poseídos demoníacos, aquí, Plaza los usa como meros elementos de casquería al estilo de lo que Peter Jackson hizo en su famosa Brain Dead, con toques del Takashi Miike de Ichi de Killer, para entretener al espectador y a si mismo con homenajes tanto a la saga como a otras películas del género.
Elemento original es el abandono de la cámara en mano, con broma incluída a esta y al género del mockumentary para abrirse tras su extenso prólogo al gran formato panorámico e intentar dar sangre fresca cuya secuela ya demostró síntomas de cansancio.
Superior a esta última, pero muy lejos de la excelencia que demostró el original, REC 3 Génesis, cuya acción ocurre en paralelo a los acontecimientos de la primera parte, es un entretenimiento de parque de atracciones de corta duración (77 minutos), consciente de su intrascendencia, pero que deja para el recuerdo imágenes icónicas como esa sexy Novia Cadáver interpretado por una convincente Leticia Dolera y su bello y en algunos aspectos Burtoniano final.
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