1 de agosto de 2012

Crisis Infinita de Geoff Johns y Phil Jimenez


Crisis Infinita de Geoff Johns y Phil Jimenez (Infinite Crisis 1 al 7 USA)

Superar las míticas Crisis En Tierras Infinitas de Wolfman y Perez era un reto que no estaba al alcance de cualquiera. Desde su aparición en 1985, revolucionó no solo el universo DC, acabando con el concepto de multiverso, sino cualquier intento de hacer un macroevento superheróico, ya fuera de DC o de Marvel Comics. Porque la envergadura de Crisis era enorme, épica y ni siquiera el gran éxito de Marvel de por entonces, Secret Wars, podía siquiera hacerle sombra. Si en Secret Wars los cambios más profundos eran que Spiderman conseguía nuevo traje (el famoso a posteriori simbionte) o que Ben Grimm se quedaba en el planeta del Todopoderoso (personaje reflejo perfecto del ego de Jim Shooter) en Crisis teníamos la destrucción no solo de las tierras, sino de personajes tan emblemáticos como Supergirl o Barry Allen/Flash en dos números que hicieron época y que siguen siendo dos cumbres absolutas de como hacer un buen tebeo de superhéroes.


También DC intentó superar su evento maestro y nunca llegó a conseguirlo. Exceptuando Legends, que fue el primer gran evento del nuevo universo DC y que era completamente diferente en forma y fondo a Crisis, el resto de intentonas de superar lo insuperable acabó en decepción, y sino que se lo digan a títulos como Millenium o La Guerra de los Dioses.

Y llegamos a 2005, al 20 aniversario de Crisis y con una DC que tenía como editor jefe a uno de los hombres más odiados por los aficionados, pero que ha vuelto a colocar a DC en el punto de mira de la afición, Dan Didio. Didio y DC venían del gran éxito que fue Crisis de Identidad y que fue el culmen de la oscuridad en el universo DC. A partir de ahí, Didio y su equipo encaminaron a los héroes DC hacia esta Crisis Infinita.


Porque Crisis Infinita en el fondo es el final de un proyecto que comenzó en 2003 con esa Crisis de Identidad y que se iría desarrollando hasta la aparición de la miniserie en cuatro series en paralelo que culminaron en sendos especiales y en las páginas de Crisis Infinita.

La muerte de Blue Beetle, la ejecución de Maxwell Lord por parte de Wonder Woman, la revelación de que el ejercito de asesinos OMAC eran creación de un Batman más paranoico que nunca hizo que la santísima trinidad del universo DC se quebrara y en consecuencia el resto de los héroes. Y para homenajear las Crisis originales y a los supervivientes de un multiverso que pugnaba por volver, Didio, junto a Geoff Johns, el nuevo chico de oro de la editorial y el único con la capacidad y el conocimiento para emular a Marv Wolfman, decidieron traer de vuelta al Superman de Tierra 2, su Lois Lane, al Superboy de Tierra Prima y a Alexander Luthor, el hijo del Lex Luthor de Tierra 3. Todos ellos hasta el momento héroes con mayuscula.


Digo hasta el momento, porque todos ellos, que desaparecieron de la realidad a un limbo, para que el nuevo universo floreciera, no están nada contentos con lo que estos héroes han hecho con la oportunidad que se les ha dado. Y ahí empiezan los problemas y la épica.


El listón de la Crisis original está muy alto y a Didio y a Johns les llovieron críticas en su momento, pero leída de nuevo del tirón y con el paso del tiempo hay que decir que esta Crisis Infinita es una digna sucesora del título original. Los conceptos en los que se basa son inteligentes y una dura crítica contra el oscurantismo imperante desde los 80. Otro tema es que Didio se contradiga ahora con sus nuevos 52. Y ver a personajes tan queridos como el Superboy original o el Superman de Tierra 2, el padre de todos, pervertidos por sus propios ideales es turbio pero muy inteligente.


Por supuesto, como toda gran epopeya pasan muchas cosas, demasiadas, y muchos de los acontecimientos y personajes que vemos se tratan en meras pinceladas, sobre todo cuando provienen de las series que aparecieron el año anterior a su publicación como el proyecto OMAC o La Guerra Rann-Thanagar. Pero eso también le ocurría a las Crisis originales y no hacen que su lectura no sea disfrutable.


Otra cosa muy distinta es que las consecuencias de lo ocurrido no hayan servido de mucho y se hayan quedado en agua de borrajas, porque el contexto en el que quedaba el universo DC tras la serie era lo suficientemente interesante para haber seguido por ese camino. Pero como siempre, la editorial se achantó. 


En resumen, una historia épica y muy bien narrada por un Johns en plena forma y un Phil Jimenez más Perez que nunca. Además, en homenaje a la serie original, el propio Perez y Ordway realizan páginas para la colección. Los últimos números si que renquean en el apartado gráfico, ya que los tiempos de entrega pasaron factura a un detallista Jimenez y el baile de dibujantes de relleno afean el resultado global. Curioso es que esta nueva edición de la colección, tenga páginas diferentes a la original, ya que Jimenez para este hardcover tuvo a bien terminar viñetas que no pudo rematar debido a los plazos de entrega. Así que no lo dudéis e id a vuestra librería especializada favorita para haceros con una parte importante de la historia reciente de DC Comics.

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