17 de marzo de 2013

El Indestructible Hulk 1 de Mark Waid y Leinil Francis Yu. Reseña para Panini Reviews


Segunda noveda de Marvel Now este mes de Marzo y otra magnífica colección con un arranque más que prometedor. ¿Conseguirá Mark Waid estar a la altura de su nuevo y magnífico Daredevil? Leed completa la reseña pinchando aquí.

4 de marzo de 2013

Imposibles Vengadores 1 de Rick Remender y John Cassaday: Reseña para Panini Reviews


Ya está aquí. Ya ha llegado. Comienza Marvel Now! en España. Y su primer paso no puede ser más acertado. Vengadores y X-Men juntos. Rick Remender a los guiones. John Cassaday a los lápices. Un arranque prometedor. Si esto es un ejemplo de lo que nos depara la nueva Marvel, estamos ante una nueva edad de oro. La reseña completa pinchando aquí.

3 de marzo de 2013

Vengadores Vs. X-Men 6: El final de un nuevo principio (contiene SPOILERS)


Vengadores Vs. X-Men 6 de Brian Michael Bendis, Jason Aaron, Olivier Coipel y Adam Kubert (AVX 11 y 12 USA).

Se acabó. No solo Vengadores contra X-Men, sino también una larga y en líneas generales brillante etapa de la historia reciente del universo Marvel. Una etapa que comenzó allá por 2005 con el comienzo de Los Vengadores de Brian Michael Bendis y sobre todo con La Casa de M, el primer gran evento del nuevo siglo dentro del universo creado por Stan Lee y Jack Kirby.

Y ha terminado como toda gran historia Marvel debe terminar, con lágrimas, muertes y cambios, muchos cambios. Cierto es que el comienzo de este publicitado evento no fue nada del otro jueves, con una historia prometedora pero poco aprovechada y que además el irregular dibujo de Romita Jr. no ayudaba.

Pero a partir del ecuador de la historia, cuando la fuerza Fénix tomó a sus cinco elegidos la cosa cambió, acercándose, y permitidme la osadia, a los mejores momentos de la etapa Claremont al frente de los mutantes.

Porque que no se nos olvide, aunque Los Vengadores aparezcan en el título del tebeo, son meramente circunstanciales, ya que los verdaderos protagonistas de la historia son los mutantes. Unos mutantes que habían sido relegados dentro del cosmos marveliano y que habían perdido su importancia dentro de este universo.


Esta saga les trae de vuelta por la puerta grande, demostrando que bien dirigidos son los personajes con más potencial de la casa de las ideas. Y este final lo demuestra, un final cuyos responsables son Brian Michael Bendis y Jason Aaron.

Bendis se encarga del penúltimo capítulo de la saga y para el que esto suscribe del mejor de la misma. Bendis consigue traer de vuelta toda la magia que los aficionados veteranos recordamos de los mejores tiempos de la editorial. Épica, sacrificio y emoción, mucha emoción, que queda reforzada por el mejor trabajo realizado por Olivier Coipel, donde cada página es una pequeña maravilla y cada momento queda en el recuerdo del aficionado.


Dicho número culmina con la mayor tragedia que podía ocurrir en el cosmos mutante, la muerte de Xavier a manos de un Cíclope consumido por el poder de la fuerza Fénix. En el fondo, la muerte de un padre a manos de su hijo y la corrupción absoluta de uno de los héroes más puros que se pueden encontrar en el mundo del cómic.

Muchos han criticado el supuesto cambio de actitud de Cíclope tras ser poseído por la Fuerza Fénix. Eso es que todos los que lo han criticado dejaron hace mucho de leer tebeos mutantes. Porque lo que le ha ocurrido a Scott Summers es una tragedia anunciada. Desde la segunda muerte de Jean Grey en el final de la etapa de Morrison, a su relación con Emma Frost, pasando por el No Más Mutantes de la Bruja Escarlata y la creación del estado Utopía junto a esas fuerzas especiales asesinas que fueron los X-Force de Yost son el camino que ha ido creándose el pobre Cíclope para acabar como ha acabado. Sin olvidar el Cisma con Lobezno que fue la gota que colmó el vaso.


El último número de la saga no es tan redondo como el de Bendis, sobre todo por el dibujo de un Adam Kubert al que se le nota que las fechas de entrega se le echaban encima. Pero eso no quita que tengamos momentos ya míticos como esa unión entre la Bruja Escarlata y Hope, que trae de vuelta a la raza mutante o cuando Cíclope les pide por favor que acaben con su vida, único momento de lucidez del personaje y que trae al recuerdo el sacrificio de Jean Grey en la época de Claremont y Byrne.

El final de la historia no puede ser más prometedor para el universo Marvel: el regreso de los mutantes a la primera línea, mutantes en busca y captura, un Cíclope encarcelado y repudiado por sus compañeros mutantes y el resto de la comunidad superheróica y que cree que lo que ha hecho ha sido un sacrificio necesario y un Marvel Now que se pronostica muy prometedor.


Cierto es que la historia podía haber durado menos y que los crossovers han sido cuando menos algo convulsos y mal planificados, pero el resultado final hace avanzar de nuevo al universo Marvel un paso más adelante, renovándose pero sin olvidar su glorioso pasado. Así es como se crean clásicos y es una prueba de que a Marvel tras más de 50 años de aventuras todavía le queda mucho que decir. Make mine Marvel!!!

1 de marzo de 2013

Batman Odisea de Neal Adams: Algunos deseos es mejor que no se cumplan


Batman Odyssey de Neal Adams (Batman Odyssey vol. 1 1 al 6(2010) y Batman Odyssey vol.2 1 al 7 (2011) USA)

Los fans tenemos una mala pero comprensible costumbre. Existen autores y obras que llegan tan dentro de nuestros corazones de fans, que deseamos que nunca acaben, que se prorroguen hasta el infinito y más allá. 


Ya nos ocurrió con el Batman de Frank Miller, tanto con su Dark Knight Returns, como con su Año Uno. Dos tebeos fundamentales que redefinieron a Batman por los siglos de los siglos, y si no que se lo digan a Nolan. ¿Y qué paso? Que los fans queríamos más y Miller nos brindó dos bodrios tan lamentables como fueron DK2 y All Star Batman And Robin, tirando por los suelos todos los aciertos que el antaño gran autor introdujo en el universo del murciélago.


Y si Miller fue el autor que redescubrió a un personaje tan legendario como la creación de Bob Kane para las audiencias de los 80, lo mismo ocurrió con Neal Adams en los años 70. Este, junto al guionista Denny O'Neil, acabó con el camp que inundaban los títulos del cruzado de la capa debido a la famosa serie de televisión interpretada por Adam West y volvió a los orígenes tenebrosos y lóbregos de sus orígenes.


En dicha etapa, corta pero intensa, presentaron en sociedad a Ras Al Ghul, la gran némesis del hombre murciélago con permiso del Joker, a su hija Thalia y reinterpretaciones tan acertadas y visionarias como la del Joker y Dos Caras. Pocos números para una etapa tan memorable.


Y Neal Adams casi desapareció. Creo su estudio propio, Continuity, pero excepto diseños, portadas e ilustraciones sueltas no volvió a realizar nada para la industria del cómic. Atrás dejó un legado evolutivo de como realizar historietas e hizo crecer el medio como pocos autores han conseguido.


Pero no sabemos si porque le picaba el gusanillo de la historieta, o porque tenía muchas facturas sin pagar, el genio del noveno arte volvió a la industria, y además por la puerta grande, en Marvel y DC, las dos editoriales que confiaron en él cuando era un joven y ambicioso profesional.


Hace poco más de un año vimos que realizó algunos trabajos para Marvel en los Vengadores de Bendis. El resultado era correcto, pero muy lejano gráficamente a aquellos memorables tebeos de los 70. La edad no perdona y menos la inactividad.


Lo que no sabíamos es que Adams tenía delirios de grandeza como autor completo. Y DC Comics se lo concedió y con el personaje que le dio la fama, Batman. Una maxiserie de 13 ejemplares que se comenzaría a publicar en el año 2010 y que fue cortada luego en dos miniseries de 6 y 7 números respectivamente y cuya última entrega se publicaría en el año 2011.


Este Febrero de 2012, ECC Ediciones ha decidido publicar la obra completa en un voluminoso tomo de unas 350 páginas. Una idea brillante, porque dudo que nadie hubiera comprado más de 2 o 3 ejemplares de grapa si la colección se hubiera publicado de manera mensual. Las razones son varias.


Para empezar, el trabajo de Adams a los lápices es correcto, pero se aleja mucho de la calidad a la que nos acostumbró en los 70. Y eso que está ayudado, sobre todo en la segunda mitad del volumen, de autores tan talentosos como Bill Sienkiewicz (que no olvidemos que en sus orígenes era un clon perfecto de Adams) o Kevin Nowlan. Uso excesivo de splash pages sin sentido ni razón y composiciones de página de dudoso gusto. Pero bueno, es Neal Adams, y el que tuvo retuvo. Pero nadie se esperaba lo malos que iban a ser sus guiones.


Pasemos por alto que Adams lo que ha querido hacer realmente es un ejercicio de onanismo de él hacia él mismo, mezclando sin ningún pudor los aciertos del pasado como su etapa de Deadman de finales de los 60, Man-Bat, Ras Al Ghul y Thalia. Y lo que le sale es una salsa muy pero que muy indigesta.


Si alguien se queja de que los tebeos de Morrison al frente de Batman, son lo menos Batman que han leído en mucho tiempo, es porque no han leído la Odisea de Adams. El escocés puede ser diferente (para bien), pero Bruce Wayne es Bruce Wayne y respeta y ama un universo con más de 70 años de historia. Adams no, se cree por encima del bien y del mal, y osa modificar el origen de Robin, juntándolo con el de Deadman y la vida de Ras Al Ghul, para terminar la aventura en unos insufribles siete números finales en un inframundo repleto de extras que no pasaron el filtro de Peter Jackson en el Señor de los Anillos, Pterodactilos voladores y un sinfín de sinsentidos que acaban con la paciencia del lector más calmado.


Resumir el argumento de Odisea es un ejercicio de futilidad. Se puede decir y sospechar que Adams se lo iba inventando a medida que dibujaba y pensaba lo bien que quedaría y lo que apetecía dibujar un día al Joker, otro al Riddler, al siguiente a Deadman y hoy por ejemplo a un sucedáneo de Merlín (si os atrevéis a leerlo lo comprenderéis).


Así que mi recomendación es que os alejéis de este tebeo como de la peste, para quedaros con un buen recuerdo del antaño maestro. Mirad que casualidad, que ni en la edición americana, ni en la de ECC hay una introducción, un prólogo o un epílogo a la obra. Eso es porque nadie tiene valor para sacarle ni un punto positivo.
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