24 de noviembre de 2015

Secret Wars Mes 3 (Parte 4): El rincón más extraño de Mundo Batalla


 Dentro de la infinidad de títulos que ofrecen estas Secret Wars, habría que destacar que además de rendir tributo a sus epopeyas más famosas, tales como La Era de Apocalipsis, La Casa de M, Civil War o Días del Futuro Pasado, Marvel ha arriesgado con títulos más alejados del estilo superheróico y que tocan géneros tales como el terror, la fantasía heróica, las artes marciales o el western.


 Y es el western el género que toca la novedad más destacada de este bloque de títulos, 1872. Una miniserie de cuatro números desarrollada en el Valle de Muerte y que sabe jugar estupendamente con los convencionalismos y tópicos del western crepuscular, dentro del entorno Marvel. Su artífice, Gerry Duggan sorprende al lector con un título que sabe sorprender aunque recurra a los lugares comunes del western, con el hábil uso de las características de héroes tan reconocibles como Tony Stark, Steve Rogers o Bruce Banner, pero dentro de un ambiente sucio e inhóspito, donde las sorpresas nos encuentran a cada página. Y no puedo dejar de destacar también el extraordinario trazo de Nik Virella, que aporta un aire de álbum europeo a esta localización de Mundo Batalla que se merece un lugar en el universo Marvel post-Secret Wars.



No tan interesante se presenta Maestro de Kung Fú la segunda novedad de esta nueva remesa de títulos. El motivo, que Haden Blackman no es un autor con tanto talento como Gerry Duggan y que aquí no se apoya en artistas de la calidad y la espectacularidad de J.H. Williams o Mike del Mundo, sino que se tiene que conformar con Dalibor Talajic, autor limpio y dinámico, competente desde el punto de vista narrativo, pero que no consigue epatar como los dos artistas anteriormente mencionados, dejando en evidencia el trabajo correcto pero poco inspirado de esta reversión de los mitos de Puño de Hierro y Sang Chi.



Y de Kun Lun nos adentramos en el Reino Salvaje, que en su segundo ejemplar mejora lo planteado anteriormente, aunque aún se queda lejos de los resultados de Aaron en Thor. A su favor, la trama avanza algo, aunque lentamente y Aaron sigue rebuscando entre los personajes y escenarios más olvidados y desconocidos de la historia Marvel. Mike del Mundo sigue entregando un arte con influencias de Frazetta y de Segrelles, con su estilo espectacular y apabullante.



Al contrario, Marvel Zombies de Spurrier y Walker, renueva la confianza de su primer ejemplar, con un tebeo que podría considerarse uno de los sleepers del evento, con una protagonista principal que exuda carisma por todos los costados y sabiendo sacar verdadero oro de una historia que fue explotada hasta la saciedad la década pasada, con un resultado más que correcto.



Finalizamos este repaso con El Guantelete del Infinito, que no deja de mejorar entrega a entrega y que demuestra de nuevo que Gerry Duggan es uno de los guionistas a tener en cuenta en esta nueva Marvel. En este tercer ejemplar el protagonismo lo tiene el Titán Loco, dejando un poco de lado a nuestra familia protagonista, sabiendo Duggan hacer uso de los viajes temporales y presentando nuevos personajes de la rica parcela cósmica del universo Marvel, donde los Guardianes de la Galaxia tienen un papel fundamental, aunque en una encarnación diferente y me hace preguntarme porqué Marvel no le entrega el destino de dichos personajes a Duggan y los aleja de un Bendis que no ha sabido sacar partido de dicha riqueza, en el que quizás sea uno de los peores trabajos que ha hecho en la Casa de las Ideas.

23 de noviembre de 2015

Jessica Jones: Marvel se hace mayor



















Hace poco más de medio año, los seguidores Marvel y los aficionados a la buena televisión quedamos gratamente sorprendidos con Daredevil, la primera colaboración entre Netflix y Marvel Studios. La razón, la magistral calidad del producto final y las ambiciones del mismo, un thriller criminal hard boiled que llevaba al extremo lo planteado por Frank Miller en su etapa al frente del Hombre sin Miedo, llevando al personaje a cotas de excelencia jamás vistas, tanto para el personaje fuera de su ámbito, como a una teleserie centrada en un personaje de cómic.



Y la segunda propuesta de Netflix es Jessica Jones, magnífica adaptación de Alias, uno de los primeros trabajos de Brian Michael Bendis en la Casa de las Ideas y que revolucionó a la editorial como los trabajos que Miller y Moore realizaron para DC a finales de los 80.

La diferencia, que lo que hizo Bendis ha necesitado de un mayor periodo de tiempo para ejemplificar lo que ha significado para la editorial, ya que su influencia se ha ido viendo a largo plazo, demostrando a los aficionados del género, que Marvel era capaz de multiplicar y hacer crecer a sus personajes y los géneros a manejar sin perder la esencia creada por Stan Lee y Jack Kirby.



Bendis nos presentaba hace ya 15 años a Jessica Jones, detective decadente y con problemas para relacionarse con su entorno, donde descubríamos que había algo más detrás de esa encantadora y cínica detective que mostraba en su exterior, en un ejercicio de retrocontinuidad absolutamente perfecto, donde además Bendis era capaz de revitalizar a un villano de tercera fila como Kilgrave, el Hombre Púrpura y convertirlo en la encarnación de las pesadillas.



Y ese enfrentamiento entre nuestra anti-heroína y un reivindicado villano es en lo que se centra esta serie de 13 capítulos. Una serie que ya acierta de primeras con el excelente casting de sus personajes principales. Para empezar una Krysten Ritter que ha nacido para ser Jessica Jones y que llena la pantalla aportando carisma y una personalidad arrolladora al excelente personaje creado por Bendis. Y que decir de David Tennant como Kilgrave, el mejor villano de la historia de Marvel Studios que cierne su amenaza a lo largo de las trece horas de metraje aunque esté fuera de escena, muy al estilo del Joker del fallecido Heath Ledger.





Por supuesto no puedo olvidar al maravilloso entorno que rodea a Jessica Jones, unos secundarios que aportan vida a este enfrentamiento entre Jessica Jones y su némesis y que dota a la historia de una humanidad excepcional. Desde los vecinos del edificio de Jessica, una Avenida Dropsie donde el humor y el drama se reparten de manera equitativa, el fabuloso Mike Colter como el mejor Luke Cage que podemos imaginar o la presencia de Rachael Taylor como Patsy Walker con guiños a quién se podrá convertir en un futuro o la excepcional Carrie Ann Moss como la abogada sin escrúpulos de Jessica.



Pero Jessica Jones no solo vive de un buen reparto, sino de una historia y unos giros argumentales que llevan al universo Marvel lo más lejos posible, quitan el hipo y que te mantienen en auténtica tensión en las casi 13 horas de metraje, un metraje que se hace corto y que te hace devorar los episodios con absoluta voracidad. El mérito, de la showrunner Melissa Rosenberg y su equipo de guionistas que no dan tiempos muertos al espectador.



Podría seguir hablando horas y horas de Jessica Jones, de la genial dirección y dirección artística de la serie, de sus magistrales títulos de crédito y de los guiños escondidos al material original en el que se basa, pero prefiero que la veáis y la disfrutéis como se merece, sin saber casi nada por ella. 



En definitiva, Jessica Jones supera el nivel casi insuperable que tenía Daredevil y deja con muchas ganas de seguir viendo lo que nos depara Marvel y Netflix en el futuro. Y por supuesto, dejándote con ganas de seguir sabiendo más de nuestra querida Jessica Jones.

22 de noviembre de 2015

Hellblazer de Paul Jenkins 1 de 2: un Constantine melancólico

























La llegada de Paul Jenkins a la colección de Hellblazer no debió ser una tarea fácil, sobre todo tras la etapa de Garth Ennis, un referente de como se debe escribir a John Constantine. Más difícil todavía si nos encontramos con un autor casi novel en las labores de escritor, que debía herederar el trabajo de tres autores como Alan Moore, Jamie Delano y el ya mencionado Garth Ennis.



Jenkins tomó el camino del medio: emuló el tono más espiritual y abstracto de los últimos ejemplares de la etapa de Delano, mezclado con el costumbrismo de Ennis. Por supuesto, el escritor le aportó un elemento que el personaje todavía no tenía como atributo: una mayor humanidad y sensibilidad, además de una melancolía que esta etapa transmite por todos sus poros.



Y el autor, tras unos primeros ejemplares para acondicionarse, quizás los menos interesantes, donde Constantine se hace uno con el planeta tierra, acelera y se enfrenta a la que quizás sea la saga más interesante de este primer tramo con el personaje: Masa Crítica.



En esta historia en cinco partes, Jenkins resuelve el conflicto con el que Ennis comenzó y finalizó su etapa, el pacto diabólico de Constantine para librarse de un cáncer de pulmón terminal, donde los fantasmas del pasado no dejan de perseguirle y Constantine debe abandonar todo aquello que le está lastrando en un giro argumental ingenioso e inesperado y que se encuentra entre lo mejor que ha escrito Jenkins.



Esta historia tiene su continuación en el número 100 de la colección, donde como epílogo, Constantine debe enfrentarse con Satanás y el fantasma de su padre, sirviendo esto al autor para dar a conocer a los lectores una parte del pasado del personaje no conocida hasta el momento y que le convierte en un personaje con muchas más capas de humanidad.



Sean Philips, uno de los dibujantes más importantes e interesantes de la actualidad acompaña y refuerza los guiones de Jenkins en el que quizás fue su primer gran trabajo relevante, entregando un grafismo que explotaría cuando se fusionó como pareja creativa de Ed Brubaker.



El problema de esta primera mitad de etapa es que aunque tiene sus aciertos, nunca llegan a cuajar del todo los guiones de un Jenkins primerizo que bebe de los autores anteriormente mencionados y de la estrella del momento, Neil Gaiman, pero sin dotar a sus historias de una personalidad definida, algo que le ha arrastrado a lo largo de toda su carrera.



Pero eso no quita que además de la saga anteriormente mencionadas, Jenkins brille ocasionalmente en historias autoconclusivas y más pequeñas como En la Línea de Fuego, una historia nostálgica y bella de amor espectral o El Fútbol es Así, una visión del fanatismo del fútbol que seguro no dejará a nadie indiferente.



En definitiva, una etapa curiosa pero no fundamental, con aciertos aislados, pero que no posee la fuerza definitoria de otras etapas del personaje como la de Ennis, Delano o la polémica pero impactante etapa de Brian Azzarello, que gana puntos sobre todo por el extraordinario trabajo de Sean Philips a los lápices.

16 de noviembre de 2015

The Shadow Midnight in Moscow: Howard Chaykin regresa a uno de sus mejores trabajos


Mi primer acercamiento fue impactante y de dos maneras diferentes. La primera fue descubrir 12 páginas de Cody Starbuck en las páginas de la Historia del Cómic de Javier y editada por Toutain en los años 80. La segunda, fue el primer número de la miniserie de La Sombra que DC Comics editó en 1987 y que a España fue traída por Ediciones Zinco.



En ambos trabajos descubrí un autor potente, de grafismo poderoso que sabía hacer uso del lenguaje del cómic de una manera prodigiosa y que sabía mezclar con acierto aventura, sexo y comentario político que podían gustarte más o menos pero que nunca dejaban indiferente.



Y Chaykin, un autor que nunca ha sido del todo ponderado y su influencia justamente medida, siguió entregando clásicos instantaneos como Blackhawk o su polémico Black Kiss, además de haber entregado a principios de los 80 uno de esos tebeos que son fundamentales para entender la evolución del medio, American Flagg.



Y casi 30 años después, Chaykin sigue dando guerra y no bajando un ápice su irreverencia y ganas de generar polémica. Quizás ya no está en completa forma y sus dorados años 80 no los volverá a repetir, pero sigue siendo un autor a tener en cuenta. Y cuando menos me lo esperaba, Chaykin vuelve al personaje con el que me enamoré de él, La Sombra.



Si en su primer acercamiento al personaje, Chaykin le traía a los años 80, aquí nos cuenta una historia del pasado del personaje. Pero le saca de su ámbito de actuación normal, los años 30 y le presenta en una época en la que el mundo ha cambiado y él es una leyenda que quizás se a quedado anquilosado, los primeros años de la guerra fría y el pánico nuclear.



En esta miniserie de seis números, Chaykin con un discurso algo republicano, nos introduce en una aventura de espías, donde La Sombra, a punto de retirarse, debe detener un conflicto nuclear que amenaza al mundo entero. A partir de aquí, Lamont Cranston viajará a lo largo de toda Europa, donde Chaykin nos volverá a mostrar su visión cínica de un mundo y unas personas que acababan de salir del mayor conflicto armado de la historia de la humanidad y se adentraban en una modernidad que siempre estaría atenazada por nuevas amenazas, esta vez invisibles.



El resultado final de la obra no es tan redondo como su trabajo original al frente del famoso personaje pulp. Es un tebeo entretenido, algo caótico en algunos aspectos, como toda obra de Chaykin que se precie, donde rebaja sus dosis de sexo y violencia, pero que sigue transpirando por sus poros el cinismo y la acidez propia de un autor que con el paso de los años pueda haber perdido habilidades a los lápices, pero que sigue entregando trabajos que bien merecen ser seguidos por los amantes del buen cómic. 

14 de noviembre de 2015

Star Wars entra en su fase 2: Nuevas series y nuevos arcos argumentales






































Tras culminar con buen sabor de boca para los fans de la saga galáctica los primeros arcos argumentales de las series regulares de Star Wars y Darth Vader, y el cierre de las aventuras de Leia en solitario con la miniserie de 5 números realizada por Mark Waid y Terry Dodson, en la que quizás sea el título menos acertado del arranque inicial, Marvel se pone las pilas con la aparición de dos nuevas series y la continuación de sus dos series regulares.



La primera de ellas es la más esperada, Imperio Destruido, ya que es una miniserie de 4 números, donde los aficionados podremos saber lo que ocurrió tras el final de El Retorno del Jedi y antes de la esperadísima El Despertar de la Fuerza. Los autores a su cargo son el solvente Greg Rucka y el dibujante Marco Chechetto. Tras leer el primer ejemplar, decir que quizás las expectativas han jugado una mala pasada a esta miniserie, ya que lo que aporta nuevo todavía es muy poco, ya que Rucka se regodea en pasajes de los minutos finales del Retorno del Jedi y solo hasta las últimas páginas de este primer número, comienza a contar nuevos acontecimientos del día post-Endor. Y por supuesto, siendo un tebeo de Rucka, nuestro protagonista es femenino, una piloto del escuadrón Verde de la Alianza Rebelde, los ojos de esta historia, donde jugará un papel preponderante, además de nuestra protagonista, Han Solo y Chewbacca. En cuanto al arte de Chechetto, lo mismo que el Larroca de Vader, cumplidor sin más.



Una sorpresa muy agradable nos depara en cambio el primer número de la miniserie dedicada a Lando Calrissian. El guionista a cargo de la misma es Charles Soule y consigue desde la primera escena, hacernos comprender la personalidad y la manera de pensar de uno de los personajes más interesantes y menos desarrolladas de la trilogía original, antes de que le viéramos por primera vez como gobernador de bespin. Y gracias al arte del magistral Alex Maleev, los guiones de Soule, repletos de criminales, cazarrecompensas, timadores y hurtos quedan perfectamente plasmados en un rincón de la galaxia creada por George Lucas que no había tenido la atención que se merece.



El título principal, Star Wars, se adentra en su nuevo arco argumental tras un magnífico one shot del pasado de Obi Wan ilustrado por Simone Bianchi, con la recompensa de encontrarnos con uno de los mejores narradores gráficos del cómic actual, Stuart Inmonen, que mejora si cabe los aciertos de su predecesor, John Cassaday, con su arte limpio y dinámico. Jason Aaron sigue dominando el lenguaje de sus personajes, con ese divertido trío formado por Han, Leia y la supuesta esposa del primero y adentrando a Luke en el pasado de los caballeros Jedi.



Para terminar, llegamos a Darth Vader, la serie donde Kieron Gillen continúa haciendo un fabuloso trabajo de saber coger lo mejor de la trilogía original y la trístemente denostada trilogía de las precuelas, llevando a Vader y al lector a un recorrido por su dramático pasado. La pena, que el arte de Larroca aunque eficiente, sigue siendo demasiado acartonado.

13 de noviembre de 2015

Secret Wars Mes 3 (Parte 3): Un popurrí de magníficas, buenas y prescindibles series en curso






































En este tercera entrada de las novedades mensuales relacionadas con las Secret Wars, nos encontramos con viejas conocidas que entran ya en su segundo y tercer mes. Un buen crisol de series que nos dejan entrever la riqueza y variedad que podemos encontrar en esta nueva realidad alternativa de nuestro querido universo Marvel.




Comenzamos con las que siguen siendo dos de las mejores tie-ins del evento principal: Fuerza V y El Ascenso de Attilan. La primera de ellas sigue manteniendo sus suficientes dosis de frescura y magnífica caracterización de un reparto amplio de personajes, además de ser disfrutable tanto como serie independiente o como complemento de las Secret Wars. Sorpresas en cada número, como el destino de Medusa y un equipo de heroínas que sabe lidiar entre el clasicismo y la modernidad, gracias al buen hacer de sus guionistas, G.W. Wilson y Marguerite Bennet, y el fantástico arte de la próxima estrella del cómic americano, Jorge Molina.



Y si tenemos que hablar de una serie que esté sabiendo sacar partido a Mundo Batalla, esa es El Ascenso de Attilan, donde en este mes, Charles Soule vuelve a demostrar que está como niño con zapatos nuevos con el nuevo escenario que le entrega la obra de Jonathan Hickman, donde equilibra las intrigas de un Juego de Tronos y el divertimento pulp y aventurero de la trilogía original de Star Wars, acompañado del más que eficiente arte de John Timms.



Otras dos series mantienen un nivel alto, aunque quizás no estén a la altura de lo prometido en el primer ejemplar de ambas colecciones: Thors y Capitana Britania y los Defensores. La primera, obra de Jason Aaron y Chris Sprouse, queda por debajo del número que la precedió, quizás porque Sprouse solo ilustra la mitad del tebeo, dejando el resto a un eficiente Goran Sudzuka, que no está a la altura de Sprouse, además de sacrificar un excesivo número de páginas en el funeral de Bill Rayos Beta, aunque remonta en el tramo final, revelando un par de nuevas sorpresas que dejan al lector con ganas del ejemplar del próximo mes.



Estimable también es el segundo y último ejemplar de Capitana Britania y los Defensores. El problema, la escasa duración de la miniserie, que no permite a Al Ewing desarrollar como se merece lo planteado en el ejemplar del mes anterior, ya que este había creado un background fascinante de este territorio de Mundo Batalla, resolviendo el conflicto en 20 páginas que se antojan insuficientes. Pero el tebeo en si mismo es muy disfrutable, sobre todo por su perfecta sincronía con Alan Davis.



Y dejo para el final dos series que siguen sin convencerme, sobre todo por los guionistas a cargo de ellas, Futuro Imperfecto de Peter David y La Guerra de las Armaduras de James Robinson. La primera de ellas, aunque despunta con el nuevo origen y personajes que están implicados en el accidente de los rayos cósmicos y la aparición en las últimas páginas de una de las mejores creaciones de Peter David, salida de su última encarnación de Factor X.



La Guerra de las Armaduras en cambio poco tiene que destacar. El misterio de la muerte de Spyderman, el hombre Araña de Tecnópolis, avanza con morosidad y la frialdad que impera en este territorio de Mundo Batalla infecta los guiones de Robinson y el arte de Marcio Takara, provocando la indiferencia del lector que se acerca a sus páginas.

Y hasta aquí esta tercera parte del repaso de las novedades relacionadas con Secret Wars publicadas este mes de noviembre por Panini Comics. En una semana, más o menos, la cuarta y última parte de este mega evento abrumador pero en líneas generales, apasionante.

12 de noviembre de 2015

Hellblazer de Garth Ennis 3 (de 3): La mejor etapa de Constantine llega a su fin





























ECC continúa recopilando la fundamental Hellblazer en una maravillosa edición a la que lo único que le puedo reprochar es la escasez de artículos complementarios. Y ha llegado el momento de terminar la que quizás sea la mejor encarnación del personaje, realizada por el duo creativo de Garth Ennis y Steve Dillon, previo a su obra más famosa, Predicador.



En este último volumen, Ennis comienza su historia con el viaje de Constantine a Nueva York para enfrentarle a un viejo conocido de la etapa de Delano, Papa Midnite. En realidad, este enfrentamiento le sirve al irlandés para criticar con saña el sueño americano, su podredumbe moral y la maldad intrínseca que yace en un país que se levanto gracias a la sangre de sus nativos. Y aunque la saga llamada "La Llama de la Condenación" se excede en las visiones muy de la etapa Delano, hay que reconocer al escritor su acerada y fulminante visión de una nación que apasiona y desagrada a partes iguales.



Tras un magnífico y bello interludio donde el dibujante William Simpson se vuelve a reunir con Ennis y donde conocemos el momento en que Constantine  conoce a Kit, el irlandés nos entrega dos geniales relatos autoconclusivos, el primero, una salida nocturna entre Constantine y su fallecido amigo Brendan, que no es más que otra emotiva historia de amistad narrada por el escritor, tema fundamental de su obra.



Y llegamos a la historia más importante del volumen, "Un Cínico a las Puertas del Infierno", fin de fiesta de la etapa Ennis y Dillon, donde el guionista cierra la trama que abrió al principio de su etapa, la fundamental "Hábitos Peligrosos", una historia en seis partes que es igual de ambiciosa que la anteriormente mencionada y que finaliza la venganza del Diablo hacia Constantine, tras el pacto que salvó a Constantine del cáncer.



"Un cínico a las puertas del Infierno" no alcanza la grandeza de "Hábitos Peligrosos", pero en su historia nos encontramos grandes momentos, sobre todo el regreso de Kit, la mujer más importante de la vida de Constantine. Un reencuentro agridulce pero hermoso, donde el lector descubre, a la vez que Constantine, que el personaje alcanzó la felicidad pero el mismo la tuvo que dejar ir.



Kit y su familia es la protagonista absoluta de "Heartland" un especial independiente realizado también por Ennis y Dillon, que nos descubre la vida de Kit en su Belfast natal tras dejar a Constantine. Un ejemplar que es una pequeña joya del cómic por si misma y que cuenta sin tapujos y muy libremente el conflicto irlandés desde una óptica donde los verdugos y las víctimas son ambos bandos, además de plasmar un conflicto familiar de una manera cruda y directa. Imprescindible.



Completa el volumen, el regreso de Garth Ennis cuatro años después y que sirvió de bisagra entre la etapa de Paul Jenkins y Warren Ellis. El título de la historia, "Hijo del Hombre", nos narra el regreso de otra cagada de Constantine en su pasado que vuelve para atormentarle. Y aunque no es de lo mejor de Ennis, y el dibujo de John Higgins no se acomoda igual de bien a él que el de Dillon, es un tebeo estimable y divertido, sobre todo por los excesos a los que nos tiene acostumbrados Ennis.

En definitiva, un final de etapa a la altura de lo entregado en los dos anteriores volumenes. Un tebeo imprescindible para los fans de Constantine y fundamental para todo amante de los cómics.

10 de noviembre de 2015

Secret Wars Mes 3 (Parte 2): Los mutantes en Mundo Batalla






































Por mucho que digan los agoreros y todos aquellos que no tienen nada mejor que escribir, el universo mutante dentro de Marvel sigue gozando de una salud envidiable y una buena prueba de ello son los tie ins de Secret Wars donde el universo mutante queda reflejado en todo su esplendor.


Y comenzamos con la que quizá sea por el momento la historia menos atractiva de las aparecidas hasta el momento, Proyecto Exterminio, que llega este mes a su final con los números 3 y 4. Una historia donde Marc Guggenheim está lastrado por las deficiencias y carencias de los tebeos y la época que tiene que homenajear, repleta de ruido y furia, y donde los personajes entre tanto hierro y metal quedan difuminados los unos con los otros, en una historia caótica y con una resolución final igual de embarullada que su inicio. El arte de Di'Giandomenico tampoco ayuda a evitar ese caos.



Mucho más centrada e interesante se plantea a la espera de la resolución final el mes que viene, Años del Futuro Pasado. Aquí nos encontramos en el epicentro de la saga, con los números 2 y 3 de la miniserie. Y si en el primer ejemplar, Marguerite Bennet nos planteaba como habría continuado los Días del Futuro Pasado y presentándonos a los dos nuevos protagonistas de la estirpe mutante, aquí los desarrolla, siendo los momentos de estos dos personajes, sus pensamientos e interacciones entre ellos, lo mejor de un tebeo que encuentra en los momentos intimistas su mejor baza. Bennet no olvida la espectacularidad con ese Lockheed hormonado que tiene un mítico enfrentamiento con los nuevos Centinelas. En cuanto al arte de Mike Norton, aunque mejora a lo entregado en el primer número, intenta emular a Byrne sin conseguirlo, acercándose más a Tom Grummet.



La que continúa siendo una delicia es El Viejo Logan de Bendis y Sorrentino. Una fascinante road movie a lo largo y ancho de Mundo Batalla, donde los acerados guiones de un Bendis que plasma a un Logan extraño en tierra extraña, nos lleva desde los asolados territorios de la Era de Apocalipsis a la asepsia de la Tecnópolis de los Hombres de Hierro, todo ello aderezado por el fastuoso arte de Andrea Sorrentino que otorga un aura de oscuridad y belleza a las páginas de un tebeo visualmente apabullante.



La gran sorpresa siguen siendo los X-Men'92. Y aunque el arte funcional pero no excesivamente agraciado de Scott Koblish sigue siendo de largo lo peor del tebeo (ya podría Pepe Larraz, autor de las portadas, ocuparse del interior) da con el tono de los guiones de la pareja formada por Chris Sims y Chad Bowers, que saben homenajear los lejanos años 90 con un toque cínico y crítico que hace muy disfrutable la lectura de este tebeo, donde los autores no solo se centran en aquella época sino que saben incorporar los suficientes guiños y referencias al fan mutante de toda la vida, además de conseguir una historia lo suficientemente interesante y atractiva por si misma.



Finalizamos este repaso mutante con una serie compartida por Los Vengadores, Peque Marvels, esa joya absoluta de Skottie Young que en su segundo ejemplar no deja de maravillar, no solo por ese arte absolutamente fascinante y adorable, sino por la cantidad de guiños, chistes y momentos que lo convierten en un tebeo a releer una y otra vez y donde siempre encontrarás algo más que te despierte una sonrisa.


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