3 de marzo de 2016

Superman American Alien de Max Landis y VV. AA: Fresca e inteligente reinterpretación de los mitos del Hombre de Acero






































Reinterpretar a un personaje con casi setenta años de historia es muy complicado. Sobre todo, cuando las grandes editoriales que necesitan reinicios constantes no paran de volver a contarte una y otra vez en la misma historia. Sin ir más lejos, en lo que llevamos de siglo, DC Comics ha vuelto a contar el origen del personaje repetidas veces y desde un mismo prisma, con mayor o menor fortuna: Entre las primeras habría que englobar el Superman Identidad Secreta de Busiek e Inmonen o Superman Legado de Waid y Yu. Entre los segundos el abortado reboot de un Grant Morrison menos acertado que de costumbre en su Action Comics para los nuevos 52 o el aburridísimo y conservador Superman Secret Origin de Johns y Frank.



El problema, que todos ellos daban vueltas a la misma idea y usando los mismos elementos una y otra vez sin aportar nada que Richard Donner o John Byrne le añadieran a la mitología del personaje. Cierto es que Morrison lo intentó en Action Comics, pero la idea no le cuajó del todo bien, quizás por el equipo creativo que le acompañaba o quizás también porque Morrison dijo todo lo que tenía que decir del personaje en su monumental y a la vez intimista All Star Superman junto a Quitely, el mejor tebeo de Superman de los últimos tiempos y si me apuras, el mejor en dura pugna con las dos obras maestras de Alan Moore, "¿Qué le Ocurrió al Hombre del Mañana?" y "Para el Hombre que lo tenía todo".

El que más supo acercarse a algo diferente e innovador fue Busiek e Inmonen con la deliciosa Identidad Secreta, pero como juega con el mundo real y el universo de ficción, no entraría dentro de la categoría de reinterpretación.



Y aquí es donde llega el escritor Max Landis, famoso por ser el hijo del cineasta de nombre John y guionista de Chronicle, una película de superhéroes de pequeño presupuesto y rodada con el recurrido y abusado truco del "found footage" que según los que la han visto (yo, todavía no lo he hecho) era un soplo de aire fresco para el género que puso en el punto de mira de la industria y de los aficionados a Landis y al director del filme, Josh Trank cuya estrella se ha hundido hasta los abismos insondables del infierno tras su lamentable adaptación de Los 4 Fantásticos.

En cambio, Max Landis demuestra su amor por el género y el respeto hacia el mismo, pero con grandes dosis de atrevimiento e innovación en este American Alien. Una miniserie de siete números, de los que se han publicado hasta el momento cuatro ejemplares y que es el mejor tebeo de Superman en mucho tiempo.



La estructura de la serie es curiosa y original al mismo tiempo. Cada ejemplar se centra en un momento concreto, una vivencia de Clark desde niño hasta presuponemos un adulto convertido en el Hombre de Acero en el séptimo ejemplar. La idea, que cada ejemplar tenga su propia identidad, casi como un one-shot, pero que en conjunto vemos el ejemplar trabajo que ha realizado Landis.

Tras mil y un versiones del personaje y su origen, Landis consigue hacer un tebeo fresco, moderno, que respira y vive. Un tebeo cuyos personajes saltan de la página con unas caracterizaciones y una humanidad auténtica. Una miniserie que cada ejemplar de ella es un género en si misma, tocando hasta el momento la infancia, la preadolescencia, la adolescencia y la llegada de la mayoría de edad y el aterrizaje a la edad adulta.



Y los lectores acompañamos a Landis y a Clark en una aventura que todos hemos o estamos viviendo. El crecimiento como personas, las alegrías y sinsabores de la vida, con un primer ejemplar que es una oda a la infancia, la familia y el descubrimiento del mundo, para pasar en el segundo ejemplar al choque con la sucia y fría realidad en un segundo ejemplar repleto de oscuridad y violencia, para inmediatamente trasladarnos al hedonismo y la sexualidad de unos incipientes 18 años en un ejercicio de retrocontinuidad con una parte importante del universo DC para continuar con el mismo en un cuarto ejemplar donde los iconos más característicos del universo Superman son plasmados con respeto pero sin tener miedo a cambiar para mejor y actualizar a unos personajes que no pueden seguir estancados en unas formas y un pasado que no se corresponde con el mundo actual.


Pero un tebeo no solo vive del dibujo y Max Landis lo sabe, por lo que se ha rodeado de lo mejorcito de la industria actual como son, en estos cuatro ejemplares dibujantes con tanto talento y tan diferentes los unos de los otros, como son Nick Dragotta, Tommy Lee Edwards, Joelle Jones y Jae Lee. Y lo grandioso es que cada uno de ellos son perfectos para cada una de las etapas de este Clark en proceso de crecimiento y madurez, siendo imposible ver cada ejemplar con otros autores o siendo intercambiados los mismos.



En definitiva, un tebeo que demuestra que la cansina repetición de que DC Comics no publica nada bueno en su catálogo actual es una soberana memez. Uno de los mejores tebeos que han pasado por mis manos en los últimos años. Un recordatorio de que no hay personajes caducos, sino autores estancados y cobardes. Si todos los tebeos actuales tuvieran el arrojo y la inteligencia de este trabajo de Max Landis, otro gallo nos cantaría. No os digo más, leedlo y maravillaos. 

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