9 de mayo de 2016

Savage Sword of Criminal y Deadly Hands of Criminal: El regalo de Brubaker y Philips a los seguidores de su antología pulp






































Si en los últimos años ha habido una pareja creativa que ha conseguido el éxito unánime de público y crítica, esos han sido Ed Brubaker y Sean Philips. Una entente perfecta, donde el uno al otro consiguen explotar y exprimir al máximo los talentos de cada uno de ellos y que han entregado a los aficionados obras tan influyentes y magistrales como Sleeper, Fatale o la más reciente The Fade Out. 

Y si Sleeper fue la obra que les puso en la órbita de los lectores, con ese tebeo que aunaba lo mejor de los superhéroes y el noir, fue la antología de relatos Criminal la que les encumbró. En seis historias, recopiladas en seis volúmenes, Brubaker y Philips homenajeaban el trabajo y el tono de autores noir como Hammet, Chandler, McCain o la más reciente Christa Faust, para entregarnos las historias de unos perdedores y sus mediocres pero a la vez apasionantes vidas.



La fórmula la fueron mezclando con otros ingredientes, como el terror Lovecraftiano en la magistral Fatale y eso nos hizo descubrir que Brubaker y Philips no solo eran unos autores eminentementes noir, sino que les gustaba redefinir todos los subgéneros literarios que un siglo después están teniendo el reconocimiento popular.

Y si las novelas pulp era la cultura de unos lectores y una parte de la sociedad que disfrutaban con obras que llevaban al extremo de por entonces aquello que la sociedad bienpensante quería ocultar, los cómics en formato magazine fueron en los 70 esa parte de la subcultura que muchos de nosotros seguimos atesorando y adorando con nostalgia.



Y he aquí que Brubaker y Philips se sacaron de la manga un especial en 2015, donde no solo homenajean el trabajo de autores como Roy Thomas y dibujantes como Tony de Zuñiga en la Espada Salvaje de Conan, sino que imitan el formato en una edición especial que emula los magazines de los 70 con todo lujo de detalles, sino que integran dos historias en una, la de un bárbaro sosias de Conan y un nuevo relato de Tracy Lawless, el criminal de poca monta que ya tuvo dos historias en anteriores entregas de Criminal.

El resultado de este especial es mejor en forma que en fondo. Ni es la mejor historia de Tracy Lawless, ni la manera de integrar la fantasía y la realidad funciona más allá del mero homenaje, quedando muy por debajo del que para mi es la mejor historia de Criminal, "El Último de los Inocentes" donde mezclaba la falsa inocencia de Archie con la brutalidad de su realidad noir, para traer de vuelta unos recuerdos de infancia que no eran tan puros como intentan aparentar.



Aprovechando que este año han cumplido 10 años de la publicación del primer Criminal, repiten la hazaña, pero esta vez homenajeando los tebeos de terror de los 70 con la exploitation del Kung Fu gracias a la fama de Bruce Lee. Y aquí el experimento si que funciona a la perfección, donde en el tebeo del Hombre Lobo, Brubaker sabe sacar punta al contexto sexual ligeramente atisbado en las obras originales y Philips emulando a autores como Sal Buscema. Y todavía más, porque aquí si que la historia principal, la historia de un hijo y su padre asesino de poca monta, fluye perfectamente como historia de inocencia perdida y primer desencuentro con la triste realidad del mundo adulto, además de establecer una historia de amor y amistad infantil desgarradora.



En definitiva, dos especiales que merecen la pena para todos los seguidores no solo de la mal llamada baja cultura, sino a todo aquel que quiera disfrutar de dos tebeos inteligentes y con un formato a atesorar en los años venideros.

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