Hace ya más de 10 años aproximadamente, tuve la suerte de leer "Es un Pájaro" la obra de Steve Seagle y Teddy Kristiansen, donde la pareja de autores se planteaban a lo largo de 100 páginas qué es Superman, no como personaje, sino como icono, modelo a seguir y su influencia en nuestra sociedad.
Diez años más tarde, Paul Dini nos plantea también un tebeo sobre Batman, donde la figura del Hombre Murciélago y su cohorte de villanos sirven para explicar quiénes somos y qué dicen de nosotros, siendo personajes, al igual que Superman que han sido absorbidos por la cultura contemporánea. Lo hace a través de un suceso doloroso, la brutal paliza que el autor sufrió en el año 93 en Los Ángeles, que yo desconocía y que aquí queda plasmada en toda su violencia descarnada.
Y tan descarnado como el ataque es la manera en la que Dini se desnuda a ojos del lector, donde el autor nos muestra su alma y los lugares más recónditos de su mente, siendo el brutal ataque el momento catártico que le sirve a Dini para valorar su vida, su manera de enfrentarse a la misma y las incongruencias que todos llevamos dentro.
La obra comienza como una autobiografía al uso, narrando su infancia, su inadaptación infantil y sus sueños e ilusiones, saltando en el tiempo a la época que comenzó como guionista y productor de series de animación, en especial su memorable Batman The Animated Series, para centrarse en el ataque y las consecuencias del mismo.
A partir de ahí, el autor se enfrenta a si mismo, representado en los personajes del universo del murciélago, sirviendo al autor, la obra y el lector, como espejo en el que mirarse y dándoles una nueva vuelta de tuerca a tan icónicos personajes , devolviéndoles ese aura mítica que el uso excesivo de los mismos a lo largo de más de 75 años había desgastado.
Le acompaña en esta obra como autor gráfico Eduardo Risso, conocido por todos por su entente junto a Brian Azzarello en 100 Balas. Aquí Risso se lanza a ilustrar y aportar la paleta de color a un tebeo donde el argentino, sin perder su particular y excelente estilo demuestra su versatilidad pasando de lo naif a su claroscuro noir marca de la casa sin pestañear.
En definitiva, una obra inmensa, valiente y atrevida, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, donde el lector se puede mirar en los ojos de Dini, en una historia tremendamente humana, que no evita los lugares incómodos y que además sirve como tributo a un personaje y un universo que a veces se nos olvida su grandeza. Poco más puedo decir de una obra que solo puede considerarse una Obra Maestra.