5 de noviembre de 2016

Luke Cage: La serie más "trashy" de la Marvel de Netflix





















Una de las mayores alegría de Marvel Studios para el aficionado a las series de televisión y el universo Marvel fue el acuerdo del estudio con Netflix para desarrollar series de televisión del entorno urbano del universo superheróico de La Casa de las Ideas. Las primeras temporadas de Daredevil y Jessica Jones demostraron que había un lugar del universo Marvel inexplorado por las adaptaciones cinematográficas y que podía ser igual o más interesante que las obras fílmicas de la compañía, donde este universo de cuatricomía se acercaba más a los trabajos televisivos de la HBO que a los entretenimientos para toda la familia de sus adaptaciones cinematográficas.



Con la segunda temporada de Daredevil, el listón quedaba alto, pero el exceso de tramas quizás desmerecía el conjunto de una temporada con momentos apasionantes y otros que quizás necesitaban haber sido más pulidos para redondear el producto final. Y tras presentar a Luke Cage dentro de Jessica Jones, le tocaba el turno en solitario a este héroe tan urbano como racial.



 El primer problema con el que nos encontramos en este Luke Cage televisivo es su dificultad para definirse, al mezclar mil y un estilos que chirrían, sobre todo en su primera mitad de temporada. La serie no sabe definirse entre un serial estilo HBO, una action movie de finales de los 80 o principios de los 90, o un mash up a la Tarantino con toques de peli blaxploitation de los años 70.



Cierto es que la serie a partir de su segunda mitad se comienza a definir y a no tomarse del todo en serio a si misma, además de que su ritmo comienza a ir "in crescendo". Sus mayores bazas, el genial Mike Colter que hace suyo y creíble a un personaje tan carismático como Cage y la siempre bienvenida Rosario Dawson como Claire Temple, sin olvidar la gran revelación de la serie, Simone Missick como la famosa Misty Knight. El problema, que los villanos del serial, a excepción de la algo intensa pero carismática némesis Black Mariah, están todos completamente over the top siendo Diamond Back y Cotton Mouth el mejor ejemplo de ello.



Soliloquios interminables departen estos villanos mafiosos, con traumas infantiles, más cercanos a los excesos del cine de acción o superhéroes de los años 80 y 90, que un serial que intenta trasladar el estilo de Scorsese o Los Soprano al género de los superhéroes. Visualmente la serie es atractiva y el uso de la paleta de color es muy cercana tanto a ese cine de los 80/90 como a la cuatricomía de los tebeos de la época en que se originó Luke Cage, pero la serie no consigue el nivel de enganche de las anteriores series de Netflix.



 En definitiva, un serial menor dentro de la trayectoria de Marvel-Netflix, con menos aciertos que errores, estructuralmente débil, que es recomendable para completistas del universo Marvel cinematográfico y televisivo, pero de difícil recomendación para no-seguidores del género como si lo podían ser Daredevil o Jessica Jones.

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