20 de noviembre de 2017

Justice League de ¿Zack Snyder?: Un workprint con apariencia de película




















Todos sabemos los problemas que ha acarreado el traslado a la pantalla grande del supergrupo creado en 1960 por Gardner Fox para DC Comics y que reunía a los héroes más importantes de la Silver Age en un único tebeo y que servía como perfecto reclamo para los respectivos fans de cada uno de los personajes de manera individual. Desde el abandono de Zack Snyder debido a la muerte de su hija de 18 años, pasando por el mal recibimiento entre crítica y aficionados de sus dos anteriores películas de este universo cinematográfico arrancado por él y que fue recibido ferozmente en gran medida por el tono al que se acercó al mismo.

El Hombre de Acero, la reinvención del clásico personaje creado por Siegel y Shuster en 1938, bajo la sombra del Batman de Nolan fue recibido con verdadero odio, no por sus valores como obra cinematográfica, sino por la manera en que Snyder interpretaba a un personaje que ha vivido múltiples readaptaciones a lo largo de casi 80 años. Peor suerte recibió Batman V. Superman, la reunión de los dos superhéroes más icónicos de la historia del medio, primero por un montaje cinematográfico que mutilaba la historia hasta casi hacerla incomprensible (recomiendo ver el montaje del director, inmensamente superior) y por el atrevimiento de un Zack Snyder que por lo menos intentó hacer una obra mucho más arriesgada y atrevida, aunque sus pretensiones siempre estuvieron por debajo de sus habilidades como narrador cinematográfico.



Pero de nuevo, el fandom rugió de una manera desorbitada, no por los problemas de dirección, estructura narrativa y el uso y abuso de técnicas digitales que necesitaban ser pulidas antes de entregar el producto final, sino de nuevo por decisiones argumentales que para dichos fans, desvirtuaban a unos personajes que lamentablemente, muchos aficionados y fans fatales creen equivocadamente que son aquello que ellos quieren que sean o que son únicamente aquellas versiones concretas que ellos han leído en un momento concreto de su vida. Aviso para navegantes: El Batman de Miller es igual de valido y oficial, que el Batman de la serie de los 60 y el Batman de Burton, por poner unos pocos ejemplos.

Y así, llegamos a esta Justice League estrenada este pasado viernes, que ha pasado a convertirse de opus magna de la cinematografía DC de Snyder -ya que en su momento inicial y antes de las reacciones de las dos películas mencionadas anteriormente iban a ser dos películas y de ahí pasó a ser una película de unas tres horas de duración- a película trailer de menos de dos horas de duración.



Si hay algo que hay que valorarle a Snyder es su atrevimiento y su desmesura. Cierto es que esa desmesura no se equilibra con sus bondades como realizador, pero siempre es agradable ver a un director que se atreve a probar algo diferente, sobre todo en un Hollywood adocenado y clónico, aunque muchas veces patine. Pero este remedo que nos ha presentado Warner en salas, más parecido a un workprint que a una película terminada, hay un mundo.

Warner decidió, tras la marcha de Snyder, que Joss Whedon, el creador de Buffy y artífice de Los Vengadores, los dos mayores éxitos de Marvel/Disney, suavizara los perfiles de este universo DC en ciernes y paliara los excesos Wagnerianos y pesimistas de la obra de Snyder. El resultado, es una obra torpe, que no es ni de Snyder ni de Whedon, que no se acerca ni a las dos obras previas de Snyder, ni mucho menos consigue ese joie de vivre que tenían los mejores productos de Marvel Studios, con Los Vengadores y Guardianes de la Galaxia a la cabeza.



El problema, que Justice League es una obra no solo cuarteada y desmenuzada a su mínima expresión, sino que es una obra desganada, sin ninguna elegancia en las formas y un fondo que funcionaría para un episodio de Superfriends, o cualquier serie de dibujos animados de Sábado por la mañana, es decir, para una narrativa que dura unos 20 minutos, pero no para un largometraje de dos horas.

Cierto es que hay destellos a lo largo de las dos horas que insinúan levemente la película que podía haber sido, destacando ese prólogo inicial que nos muestra sin palabras las consecuencias de la muerte de Superman, o las conversaciones entre Bruce y Diana acerca de la muerte del último hijo de Krypton. Pero esos detalles quedan sepultados por una narrativa fragmentada, que más parece un trailer de la película por venir, que una obra cinematográfica terminada, con una dirección plana y sin ningún tipo de hallazgo visual que no provoque en el espectador más que el bostezo y una obsesión por transformar el drama wagneriano de Snyder en una obra más ligera y supuestamente del gusto de todo el mundo que la acaba emparentando más con un X-Men La Decisión Final, que a esos Vengadores que quiere llegar a alcanzar.



Poco ayuda un villano random con amenaza random reflejado en ese Steppenwolf que hace un flaco favor a ese Cuarto Mundo de Kirby sugerido por Snyder en BvS y que no comprende las sutilezas insertadas en el mismo por Kirby, convirtiendo las Cajas Madre en sucedáneo del anillo único de la obra de Tolkien, pero sin ninguna magia. E incluso las set pieces de acción, resueltas de manera torpe, tanto en el aspecto artístico como técnico, acaban entregando un producto deslucido, que no llega a ser un absoluto desastre, aunque lo roce en más de una ocasión, pero que es un claro ejemplo de la clara decadencia del cine blockbuster hollywodiense.

En definitiva, Justice League promete fantasía, ilusión, espectáculo y un momento histórico para los aficionados a los héroes de las viñetas y acaba entregando una obra sin terminar que lo mejor que arranca al espectador en la gran mayoría de su mutilado metraje es un sonoro bostezo.

1 comentario:

  1. Imagino que terminaré viéndola,,,aunque poco espero de ella. Me encanta leer comics, pero el cine de superhéroes salvo dos o tres cosas, no me gusta nada.
    Un saludo

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